Son alimentos refinados, esto quiere decir, que son alimentos tratados o modificados mediante un proceso físico o químico, eliminan sustancias como la fibra, vitaminas o minerales, y su calidad nutricional es baja.
Por ello, pierde gran parte de sus nutrientes, nutrientes necesarios para el organismo, y lo que queda es almidón, este almidón conduce a enfermedades como la diabetes y la obesidad.
La organización mundial de la salud recomienda no consumir más de 5 gramos de sal al día, y nos alertan que un consumo excesivo de lácteos procedentes de la vaca, supone una carga excesiva para el riñón.
Todo esto se puede sustituir por algo más saludable e interesante para nuestro organismo.
Llevar una vida saludable al 100×100 es complicado, pero que no quede intentarlo la mayor parte de vuestro día, leer las etiquetas de los alimentos es fundamental para saber sus ingredientes y no caer en una mala alimentación y ser conscientes de lo que comemos, es fundamental.

Un dato curioso es que, el ser humano es la única especie en el mundo que toma leche de otro mamífero.

Azúcar blanca

No nos aportan nutrientes, crea adicción, obesidad, migraña, alimenta al cáncer, provoca ansiedad y muchos otros efectos graves para la salud.

Arroz blanco

En su proceso eliminan todas las propiedades del arroz, como por ejemplo la fibra, y esto ocurre como la harina blanca.

Harina blanca

En su procesado eliminan parte de su aporte nutricional, produce un pico en los niveles de glucosa en sangre, lo que favorece la aparición de enfermedades como la diabetes y la obesidad.

Leche de vaca pasteurizada

En su proceso mata todas las bacterias malas y buenas, además de contener cantidades anormales de antibióticos, los cuales provienen de su crianza.

Sal refinada

La Organización Mundial de la Sal recomienda no consumir más de 5g. de sal al día, tiene riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.